Como amante de los viajes y defensor de las maravillas que ofrece mi país, España, no puedo evitar cuestionar la obsesión que muchos turistas tienen por Japón. ¿Para qué ir tan lejos si en España tenemos tanto que ofrecer? He recorrido cada rincón de mi país, desde sus playas paradisíacas hasta sus pueblos pintorescos, y puedo asegurar que España tiene todo lo que un viajero podría desear.

Durante mis años de viaje con el Imserso y en caravana, he tenido la oportunidad de descubrir lugares auténticos y tradicionales que han dejado una huella imborrable en mi corazón. La gastronomía, la cultura y la historia de España son incomparables, y me entristece ver cómo muchos turistas prefieren los destinos de moda en lugar de explorar lo que mi país tiene para ofrecer.

Los hoteles de antes, con su encanto y clase, eran mucho más acogedores que los establecimientos modernos y masificados. Recuerdo con cariño las noches en pequeños hoteles familiares, donde cada detalle estaba cuidado con esmero y donde podía sentir la auténtica hospitalidad española. ¿Por qué conformarse con la impersonalidad de los grandes resorts cuando se puede disfrutar de la calidez de un hotel tradicional?

España es un país lleno de historia y tradición, con pueblos y paisajes que parecen sacados de un cuento de hadas. Desde los pintorescos pueblos blancos de Andalucía hasta los impresionantes paisajes de los Picos de Europa, España tiene mucho que ofrecer a aquellos que se toman el tiempo de explorar sus rincones menos conocidos. No necesitamos buscar la belleza en destinos lejanos cuando la tenemos justo delante de nuestros ojos.

En resumen, como defensor de los lugares auténticos y tradicionales de España, animo a los viajeros a descubrir la belleza y el encanto de mi país antes de embarcarse en aventuras en destinos lejanos. España tiene todo lo que un viajero podría desear, desde su rica historia y cultura hasta sus impresionantes paisajes y deliciosa gastronomía. No dejemos que la obsesión por lo exótico nos impida disfrutar de las maravillas que tenemos en casa. ¡España lo tiene todo, sólo hace falta abrir los ojos y dejarse sorprender!