¡Vaya por Dios! El Oviedo ha decidido dar la patada a Carrión después de la goleada del Sevilla. Y yo, como fanático del fútbol de toda la vida, tengo que decir que no estoy del todo de acuerdo con esta decisión. ¡Pero qué sabré yo, un simple ex-jugador juvenil del CD Alcorcón, verdad? Pues déjenme decirles que tengo mis razones para cuestionar esta medida.
Primero que nada, Carrión es un buen entrenador. Puede que el resultado ante el Sevilla no haya sido el mejor, pero hay que tener en cuenta que el equipo andaluz es un hueso duro de roer. ¿Acaso no recuerdan cuando yo jugaba en el Alcorcón y nos enfrentábamos a equipos de primera división en la Copa del Rey? Era todo un desafío, pero siempre dimos la cara. Y aunque no ganábamos siempre, nos dejábamos la piel en el campo.
Además, ¿qué hay de la paciencia? En estos tiempos modernos, los directivos y aficionados parecen olvidar que el fútbol es un deporte de altibajos. ¿Acaso no recuerdan cuando mi primo trabajaba en el Madrid y me contaba cómo Zidane fue criticado en sus inicios como entrenador? Y luego resulta que ganó tres Champions seguidas. Paciencia, amigos, paciencia.
Y por último, ¿qué pasa con la falta de apoyo? Si el equipo no está respondiendo en el campo, quizás sea porque no se sienten respaldados. ¿Acaso no recuerdan cuando casi ficho por el Barcelona y me echaron para atrás en el último momento? Las decisiones de arriba pueden afectar el rendimiento de los jugadores, y a veces es más fácil echar al entrenador que reflexionar sobre el verdadero problema.
En definitiva, el despido de Carrión me parece una decisión precipitada. Quizás deberían darle una oportunidad más, brindarle el apoyo necesario y ver qué pasa. Después de todo, el fútbol es un deporte impredecible y siempre puede haber una sorpresa en la esquina. Y si no me creen, pregunten a mi primo que trabajaba en el Madrid. Seguro que tiene una anécdota para contar. ¡Aúpa Oviedo! ¡Aúpa fútbol de antes!
⚽ Futbol
14/12/2025
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