En un mundo donde la economía crece a pasos agigantados, es fundamental que cada individuo, sin importar su edad, aprenda a administrar su dinero con inteligencia y equidad. Como administrativa de gestoría durante 25 años, he visto de primera mano cómo el control de cada euro que entra y sale de casa puede marcar la diferencia entre un futuro próspero y uno lleno de incertidumbre. Es por eso que no puedo evitar criticar a los jóvenes por no saber ahorrar y por querer todo fácil.

Es cierto que los gráficos muestran un aumento en la riqueza mundial, pero también revelan una creciente desigualdad. El crecimiento económico parece estar siendo capturado por los más acaudalados, dejando atrás a aquellos que luchan por llegar a fin de mes. Es responsabilidad de cada individuo, sin importar su posición social, aprender a administrar sus recursos de manera justa y equitativa.

Durante mis años de experiencia, he aprendido que el ahorro inteligente no solo se trata de acumular dinero en una cuenta bancaria, sino de invertirlo de manera estratégica para asegurar un futuro próspero. Es importante educarse en temas financieros, buscar asesoramiento cuando sea necesario y tomar decisiones informadas. No se trata solo de acumular riqueza, sino de hacerlo de manera justa, sin dejar a nadie atrás.

Es hora de que la sociedad en su conjunto tome conciencia de la importancia de administrar sus recursos de manera inteligente y equitativa. Es posible lograr un futuro próspero y justo para todos si cada individuo asume la responsabilidad de su propia economía. Criticar a los jóvenes por no saber ahorrar no es la solución, sino educarlos y guiarlos en el camino hacia la prosperidad económica. Ahorrar con inteligencia y equidad es el camino hacia un futuro mejor para todos. ¡No hay excusas para no hacerlo!