Atención a todos los amantes de la fiesta y las bebidas alcohólicas, porque hoy quiero hablarles de un tema que me preocupa y que considero que está causando estragos en nuestras costas: el turismo de borrachera. Sí, esa práctica que se ha vuelto tan común en destinos turísticos de moda, donde los jóvenes buscan emborracharse hasta perder el control y causar disturbios en las calles.

Como alguien que ha recorrido España en caravana y ha disfrutado de la tranquilidad y la autenticidad de los pueblos y las tradiciones locales, me entristece ver cómo el turismo de borrachera se ha apoderado de algunas zonas costeras, transformando el ambiente festivo en uno de caos y descontrol. Los destinos que una vez fueron refugios de paz y tranquilidad se han convertido en escenarios de excesos y desmanes.

Recuerdo con nostalgia los hoteles de antaño, donde la clase y el buen gusto eran la norma, y donde se podía disfrutar de una copa de vino en un ambiente elegante y distinguido. Ahora, esos mismos hoteles han sido invadidos por turistas en busca de fiesta y diversión a cualquier precio, sin importar el respeto por el entorno y por los demás.

Es hora de reflexionar sobre el tipo de turismo que queremos fomentar en nuestro país. ¿Realmente queremos convertirnos en un destino de fiesta y excesos, donde la cultura y la tradición pasan a un segundo plano? Creo que es momento de valorar y proteger nuestros lugares auténticos y tradicionales, aquellos que nos muestran la verdadera esencia de España.

Por ello, invito a todos los amantes de la fiesta y las bebidas alcohólicas a reflexionar sobre el impacto que su comportamiento puede tener en los destinos que visitan. No se trata de prohibir la diversión, sino de disfrutarla de forma responsable y respetuosa. Solo así podremos preservar la belleza y la autenticidad de nuestros lugares más queridos.

En definitiva, el turismo de borrachera es un fenómeno que está causando estragos en nuestras costas, pero juntos podemos cambiar esta realidad. Apostemos por un turismo más consciente, que valore la cultura, la tradición y el respeto por el entorno. ¡Porque nuestra España auténtica merece ser protegida y preservada para las futuras generaciones!