Como amante de los viajes y defensor a ultranza del turismo nacional, no puedo evitar expresar mi profunda decepción ante la creciente tendencia de buscar siempre la opción más barata, sin importar la calidad o autenticidad de la experiencia. En mis 62 años de vida he recorrido España de norte a sur, de este a oeste, tanto con el Imserso como en mi querida caravana, buscando siempre esos lugares auténticos y tradicionales que transmiten la verdadera esencia de nuestra tierra.
En mis viajes he tenido la oportunidad de hospedarme en hoteles que derrochaban clase y elegancia, donde cada detalle estaba cuidado con mimo y donde el trato al cliente era exquisito. Sin embargo, en la actualidad veo cómo muchos turistas buscan solo lo más barato, sin importarles sacrificar calidad y autenticidad en el proceso. Los hoteles de antes tenían un encanto especial, una magia que los nuevos establecimientos parecen haber perdido en aras de la rentabilidad.
Es triste observar cómo los destinos de moda acaparan la atención de los viajeros, que se agolpan en masa en busca de la foto perfecta para sus redes sociales, sin detenerse a disfrutar realmente del lugar. Prefiero mil veces perderme por los pueblos con encanto, donde cada esquina esconde una historia y donde el ritmo de vida sigue siendo pausado y auténtico. Allí es donde realmente se descubre la verdadera belleza de nuestro país, lejos de las multitudes y las prisas.
Por todo ello, insto a aquellos que aman viajar a que busquen la calidad por encima de la cantidad, la autenticidad por encima de la fama. España está llena de rincones maravillosos que merecen ser descubiertos con calma y respeto, lugares donde el tiempo parece detenerse y donde la hospitalidad de sus habitantes te hace sentir como en casa. No caigamos en la trampa del turismo masivo y superficial, apostemos por una forma de viajar más auténtica y enriquecedora para todos. ¡Viva el turismo nacional, viva la España tradicional!
✈️ Viajes
11/12/2025
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