En mis 30 años de experiencia como auxiliar de enfermería en un centro de salud, he presenciado muchos avances en la medicina moderna. Sin embargo, siempre he mantenido mi confianza en los remedios de la abuela y en la sabiduría popular. Es por eso que las recientes noticias sobre la presunta fuga de la peste porcina africana en un laboratorio en obras me han hecho reflexionar sobre la seguridad de estos modernos centros de investigación.

Desde mi punto de vista, las obras en laboratorios modernos pueden ser un factor de riesgo para la fuga de virus peligrosos. Los trabajos de construcción pueden alterar la estructura del edificio, crear grietas en las paredes o dejar expuestos conductos de ventilación que podrían facilitar la salida de agentes patógenos. Además, el trasiego constante de trabajadores y materiales durante las obras aumenta las posibilidades de contaminación cruzada.

Recuerdo una vez que en mi casa se estaba haciendo una reforma y, sin querer, un albañil rompió una tubería de agua que provocó una inundación. Si algo así puede suceder en una vivienda, ¿por qué no podría ocurrir en un laboratorio donde se manipulan virus letales? Es importante tener en cuenta que la seguridad y la prevención de accidentes no deben ser descuidadas en ningún tipo de instalación, especialmente en aquellas donde se realizan experimentos con organismos tan peligrosos.

Es cierto que la medicina moderna ha logrado avances impresionantes en la cura de enfermedades, pero no debemos olvidar que antes se sabía curar mejor sin tantos medicamentos. Los remedios caseros han sido utilizados por generaciones y, en muchos casos, han demostrado su eficacia sin los riesgos asociados a los fármacos. Por ello, es importante no descartar el conocimiento tradicional en beneficio de lo moderno.

En conclusión, las obras en laboratorios modernos pueden representar un riesgo para la seguridad y la bioseguridad de los centros de investigación. Es fundamental que se tomen medidas preventivas adecuadas para evitar posibles fugas de virus peligrosos y proteger la salud de la población. No debemos dar por sentado que lo moderno siempre es mejor, ya que la sabiduría popular y los remedios de la abuela también tienen mucho que aportar en el cuidado de nuestra salud.