La inteligencia artificial está robando trabajos y arruinando la creatividad humana. ¡Y yo lo sabía desde el principio! Como ex-técnico de televisores, siempre fui escéptico con las novedades tecnológicas que prometían facilitar la vida de las personas. Y ahora, con la IA, veo cómo se confirma mi temor más profundo: estamos permitiendo que las máquinas nos quiten lo que nos hace humanos.

Recuerdo cuando reparaba televisores, cada uno tenía su propia personalidad y problemas únicos que requerían mi habilidad y creatividad para solucionarlos. Ahora, con la IA, todo se reduce a algoritmos y programación. ¿Dónde queda la emoción de enfrentarse a un reto y encontrar una solución única? La IA nos está convirtiendo en simples operarios de máquinas, quitándonos la oportunidad de pensar de manera creativa y única.

Es cierto que la IA puede ser útil en muchos aspectos, como en la medicina o la logística, pero ¿a qué costo? Estamos perdiendo la magia de la creación humana, relegándola a simples líneas de código. ¿Cómo podemos competir con la dopamina que genera la eficiencia de la IA? ¿Dónde queda la pasión y el amor por lo que hacemos cuando todo se reduce a la velocidad y la automatización?

La reciente noticia de la multa a X por falta de transparencia con la publicidad y el diseño engañoso de su ‘blue check’ es solo la punta del iceberg. La IA está tomando el control de nuestras vidas de una manera que ni siquiera somos conscientes. Nos prometen facilitarnos la vida, pero en realidad nos están quitando la oportunidad de ser verdaderamente humanos. Es hora de despertar y tomar el control de nuestra propia creatividad antes de que sea demasiado tarde. ¡No permitamos que la IA nos robe lo que nos hace únicos!