¡Y otro sorteo del Mundial más! Esta vez, la FIFA ha decidido ampliar el número de equipos participantes a 48 y la sede principal será México. Pero, ¿qué pasa con los equipos europeos? Parece ser que una vez más, las potencias del Viejo Continente salen beneficiadas en el sorteo de los grupos. ¿Injusticia o simple casualidad? Desde mi experiencia y conocimiento del fútbol, me inclino más por la primera opción.

No es la primera vez que vemos cómo los equipos europeos son favorecidos en los sorteos de los torneos internacionales. Y es que, a lo largo de los años, hemos visto cómo selecciones con menos tradición futbolística han tenido que enfrentarse a potencias desde el inicio del torneo, lo que ha dificultado su avance en la competición. No es justo que equipos con menos recursos y trayectoria se vean en desventaja por este tipo de sorteos que parecen estar amañados a favor de los grandes.

Recuerdo una anécdota de cuando jugaba en el CD Alcorcón y nos tocó enfrentarnos a un equipo de renombre en la Copa del Rey. A pesar de que dimos la sorpresa y les plantamos cara, la verdad es que la diferencia de nivel era evidente y nos costó mucho avanzar en la competición. Desde entonces, siempre he sido crítico con este tipo de injusticias en el fútbol.

Mis contactos en el mundo del fútbol me han confirmado que muchas veces los sorteos no son del todo aleatorios y que hay intereses detrás de las decisiones que se toman. Y es que, al final, el fútbol es un negocio y hay mucho dinero en juego, por lo que no es de extrañar que se favorezca a ciertos equipos en detrimento de otros. Espero que en el Mundial 2026 se puedan ver partidos más equilibrados y que las sorpresas estén a la orden del día.

En definitiva, el sorteo del Mundial 2026 parece seguir la misma tónica de favorecer a los equipos europeos, lo que no hace más que alimentar la polémica en torno a la transparencia de la FIFA. ¿Injusticia o simple casualidad? Desde mi punto de vista, es hora de que se revisen los procesos de selección de los grupos en los torneos internacionales y se garantice la igualdad de oportunidades para todos los equipos participantes. El fútbol es un deporte apasionante que debería regirse por la justicia y la imparcialidad, y no por intereses ocultos. ¡Esperemos que en el Mundial 2026 se haga justicia y podamos disfrutar de un torneo emocionante y equilibrado!