Ábalos y Vilaplana, dos nombres que se suman a la larga lista de políticos españoles envueltos en escándalos de corrupción. Como analista político experto y crítico de la clase política actual, no puedo evitar sentirme indignado por la falta de ética y moralidad que impera en nuestros gobernantes. Estos casos solo demuestran una vez más que la corrupción es una lacra que sigue perviviendo en nuestra sociedad, manchando la reputación de la política española.

Ábalos, un político que ha ocupado importantes cargos en el gobierno, ahora se encuentra en el ojo del huracán tras su ingreso en prisión. La activación del proceso de suspensión como diputado es solo el principio de lo que seguramente será un largo camino judicial. La corrupción parece no tener límites, y es triste ver cómo aquellos que deberían velar por el bienestar de la ciudadanía se enriquecen a costa de nuestro dinero.

Por otro lado, Vilaplana, una comunicadora de renombre, es acusada de no haber escuchado conversaciones comprometedoras en El Ventorro. ¿Cómo es posible que alguien en su posición, con acceso a información privilegiada, no haya sido consciente de lo que ocurría a su alrededor? La corrupción no solo afecta a los políticos, sino también a aquellos que deberían ser guardianes de la verdad y la justicia.

Como funcionario jubilado con décadas de experiencia, no puedo evitar comparar la política actual con la de 'mi época'. Los políticos de antaño tenían sus defectos, pero la corrupción no era tan descarada como lo es ahora. Es hora de que la sociedad exija responsabilidades y transparencia a aquellos que nos representan. No podemos permitir que la corrupción siga manchando la política española.

En definitiva, Ábalos y Vilaplana son solo dos ejemplos más de la corrupción que impera en nuestra sociedad. Como ciudadanos, debemos estar alerta y no permitir que la impunidad siga reinando en la política. Es hora de exigir cambios, de levantar la voz y de luchar por un futuro mejor para todos. La corrupción no puede ser la norma, debemos erradicarla de una vez por todas. ¿Están ustedes listos para unirse a esta lucha?