En estos tiempos turbulentos de corrupción política en España, me veo obligado a levantar la voz una vez más para denunciar la impunidad con la que los corruptos siguen campando a sus anchas por las instituciones. Como analista político experto, no puedo callar ante la falta de acción de la justicia en casos tan flagrantes como el del exedil marbellí Carlos Fernández, quien luego de 19 años de huir de la justicia por el ‘caso Malaya’, es detenido y puesto en libertad con el respaldo de la Fiscalía. ¿Dónde está la justicia en todo esto?

Durante mi época como funcionario, la corrupción también estaba presente, pero al menos se tomaban medidas concretas para castigar a los culpables. Hoy en día, parece que la impunidad es la norma y la justicia actúa con una lentitud exasperante. ¿Cómo es posible que el Supremo avale la decisión de no suspender del cargo al fiscal general, a pesar de las acusaciones en su contra? Esto solo demuestra que los poderosos siguen protegiéndose unos a otros, mientras que el pueblo sufre las consecuencias de su corrupción.

Es vergonzoso ver cómo la corrupción sigue impune en nuestro país, mientras los políticos se enriquecen a costa del sufrimiento de la gente. No podemos permitir que esto siga ocurriendo. Es hora de que la justicia actúe con contundencia y ponga fin a esta lacra que corroe nuestras instituciones. Como ciudadanos, debemos exigir transparencia y honestidad a nuestros representantes, y no permitir que sigan burlándose de nosotros impunemente.

En conclusión, la corrupción sigue siendo un problema grave en España, y la justicia no está actuando correctamente para combatirla. Es responsabilidad de todos nosotros levantar la voz y exigir que se haga justicia. No podemos permitir que los corruptos sigan enriqueciéndose a nuestra costa. La lucha contra la corrupción es una batalla que debemos librar juntos, y no podemos descansar hasta que se haga justicia. ¡Basta ya de impunidad! ¡Justicia para todos!