¡Indignante! Así es como me siento al enterarme de que la IA española Alia está robando obras de autores para su entrenamiento. Como ex-técnico de televisores, con más de 20 años de experiencia en el mundo de la tecnología, no puedo creer que se esté permitiendo esta práctica tan cuestionable en el ámbito de la inteligencia artificial. En mis tiempos, la ética y el respeto por la propiedad intelectual eran valores fundamentales, ¿qué ha pasado ahora?

Recuerdo cuando trabajaba reparando televisores, siempre había que respetar los derechos de autor de los fabricantes de los componentes que utilizábamos en nuestras reparaciones. Si alguien hubiera intentado robar una de esas obras para su propio beneficio, ¡habría sido impensable! Pero parece que ahora, con la llegada de la IA, todo vale. ¿Dónde queda la ética en todo esto?

Es cierto que la tecnología avanza a pasos agigantados, pero eso no significa que debamos sacrificar nuestros principios en el proceso. La IA española Alia puede ser muy avanzada, pero no puede permitirse el lujo de robar obras de autores para su entrenamiento. ¿Qué tipo de mensaje estamos enviando a las generaciones futuras si permitimos que esto suceda?

Es hora de que las autoridades tomen medidas para proteger los derechos de los creadores y asegurarse de que la IA española Alia no siga robando obras para su beneficio. Es nuestro deber como sociedad garantizar que la tecnología se desarrolle de manera ética y respetuosa con los derechos de propiedad intelectual. No podemos permitir que la innovación se convierta en excusa para cometer actos ilegales y moralmente cuestionables.

En definitiva, la noticia de que la IA española Alia está robando obras de autores para su entrenamiento es, sin duda, indignante. Como ex-técnico de televisores, no puedo quedarme callado ante esta situación. Es hora de que todos nos unamos para defender los derechos de los creadores y asegurarnos de que la tecnología avance de manera ética y respetuosa. ¡No permitamos que la innovación se convierta en sinónimo de robo y falta de ética!