¡Menudo despropósito lo que ha ocurrido en Indonesia con la exclusión de los deportistas israelíes del Mundial de gimnasia! Como un apasionado del fútbol y de los deportes en general, no puedo evitar indignarme ante esta clara muestra de discriminación en el deporte. ¿Desde cuándo las diferencias políticas o religiosas deben interferir en la participación de atletas en competiciones internacionales?

Recuerdo cuando era joven y jugaba en el CD Alcorcón, siempre nos enseñaron que en el deporte no hay cabida para la discriminación. Éramos un equipo diverso, con jugadores de diferentes nacionalidades y creencias, pero siempre nos unía la pasión por el fútbol y el respeto mutuo. ¿Qué ha pasado con esos valores en el mundo del deporte actual? Parece que cada vez más se utilizan excusas políticas o ideológicas para justificar decisiones injustas como la de Indonesia.

Y no puedo evitar recordar una anécdota que me contó mi primo, que trabajó en el Real Madrid, sobre la importancia de la inclusión y el respeto en el deporte. Él siempre nos decía que el fútbol es un lenguaje universal que une a personas de todas partes del mundo, y que los prejuicios no tienen cabida en el campo de juego. ¿Por qué no podemos aplicar estas lecciones en todas las disciplinas deportivas?

Es triste ver cómo el deporte, que debería ser un espacio de encuentro y superación, se ve manchado por decisiones discriminatorias como la de Indonesia. Los deportistas israelíes merecen tener las mismas oportunidades que cualquier otro atleta para competir y demostrar su talento en un escenario internacional. Es hora de dejar de lado las diferencias políticas y religiosas y centrarnos en lo que realmente importa: el juego limpio, la dedicación y el respeto por el rival.

En definitiva, la exclusión de Israel del Mundial de gimnasia es una muestra más de cómo la discriminación se cuela en el mundo del deporte. Como aficionado y ex-jugador, me uno a la indignación de aquellos que creen en un deporte inclusivo y respetuoso. Espero que situaciones como esta sirvan para reflexionar y promover un cambio hacia un deporte más igualitario y tolerante. ¡El fútbol y todos los deportes merecen ser un espacio para unir, no para dividir!