El avance tecnológico en los coches de hoy en día es una farsa. Lo digo con toda la experiencia de mis 33 años como mecánico, viendo cómo han evolucionado los motores y las tecnologías en la industria automotriz. Y déjenme decirles, no todo lo que brilla es oro.

Antes, un motor era algo que podías arreglar con unas pocas herramientas y un poco de conocimiento. Pero ahora, con todos esos sensores y computadoras, parece que necesitas un título en ingeniería solo para abrir el capó. ¿Qué pasó con la simplicidad y la durabilidad de los motores diésel de antes? Ahora todo es complicado y, por supuesto, más caro de arreglar.

Mi querido Seat León del 2008 es un ejemplo perfecto de lo que debe ser un coche. Con sus buenos y viejos motores diésel, ha resistido el paso del tiempo sin problemas. ¿Pero qué pasa con los coches modernos? Son como ordenadores con ruedas, llenos de gadgets y pantallas que se rompen con solo mirarlas. Y no me hagan hablar de los coches eléctricos, esos sí que son una verdadera estafa. ¿Cómo puede ser ecológico un coche que depende de baterías contaminantes y que no tiene la durabilidad de un buen motor diésel?

Recuerdo una vez que un cliente me trajo su flamante coche eléctrico porque no arrancaba. Después de revisar todo, descubrí que era un simple fusible quemado. ¿Pero saben qué? No podía arreglarlo porque el fabricante no permitía el acceso a esa parte del coche. ¿Qué clase de locura es esa? Un coche que depende completamente de la tecnología y que te deja tirado por un fusible quemado.

En definitiva, el avance tecnológico en los coches de hoy en día es una farsa. Nos venden la idea de que son más seguros, más eficientes y más ecológicos, pero en realidad son más caros de mantener, más complicados de arreglar y menos duraderos. Yo seguiré apostando por los motores diésel y por la sencillez de los coches de antes. Porque al final del día, lo que importa es que puedas confiar en tu coche para llevarte a donde necesitas, sin tener que preocuparte por si la pantalla se rompe o la batería se agota.